Las Bodas de Tatin
Las bodas de día, muchas veces traen consigo quebraderos de cabeza en las invitadas porque no tienen muy claro el dress code o protocolo.
Sí al protocolo pero sin volverse locas
Como siempre os digo, a mi me gusta la definición de Urbina del protocolo que considera que uno de los objetivos del mismo no es otro que el de mejorar la convivencia. Es decir, que debemos pensar en el protocolo no cómo una herramienta de «postureo» sino cómo una guía para que un evento por ejemplo funcione de la mejor manera.
¿Cómo elegir el tocado perfecto según la época del año?
Vamos al grano, en las bodas de día de primavera a mi me encantan las sobre todo las diademas y pamelas.
Las prefiero en primavera y verano ya que se supone que sirven además de para vernos más bellas para cubrirnos del sol. Aunque yo en invierno también he llevado sombrero a bodas creo que la clave está en la elección de los materiales. En invierno me gusta el fieltro, terciopelo y plumas. En cambio, para verano me encanta la paja y los tejidos con texturas.
Cuando cambian las costumbres sobre el uso de los sombreros
La pamela sombrero con vestido largo o midi es uno de los «temas más controvertidos» respecto a las invitadas. Os voy a dar mi opinión al respecto. A mi por ejemplo no me gustan las pamelas con vestidos muy cortos, las prefiero con largos por encima de la rodilla o midi. Para los vestidos cortitos prefiero las diademas.
¿ Pamela con vestido mini, midi o largo?
Hace años, ninguna invitada que se considerase elegante, optaba por combinar un vestido largo con pamela, pero las reglas del juego están cambiando. El vestido midi o tobillero ahora sí se lleva con pamela. Creo que fue Inés Domecq la que lo puso de moda y a fuerza de volver constantemente en las redes sociales hemos aceptado «pulpo como animal de compañía).
Tamara Falcó abre la veda a las pamelas con vestido largo, así que los vestidos mini ya no son ninguna locura con tocado
Aunque el atrevimiento de las «it girls españolas» va más allá, y la icónica Tamara Falcó hace poco lució un tocado tipo plato/pamela con vestido largo de estilo «boho«. Yo todavía no lo termino de ver pero nunca digas nunca. Lo que si me gusta es el traje con pamela, siempre que sea de corte recto, con los palazzo combinados con blusas no lo veo, pero es una mania mía.
La puesta en escena cuenta y mucho
Tras el chascarrillo viene la parte «más cultureta» que sé que a algunas os gusta. Para dar vida a esta sesión de fotos quise utilizar una paleta de colores determinada, entre rojos y ocres. Antes de estudiar derecho, cursé tres cursos de humanidades y siempre me quedó el gusanillo de estudiar historia del arte. Bueno tras este breve comentario, os quiero contar que no buscaba las típicas fotos de invitada «viral», sino algo más artístico y Ana de Lisola Fotografía captó al instante mi idea.
Invitadas elegantes las grandes olvidadas
Las fotos recuerdan a los retratos de Rembrant y los colores a los de Turner. Quisimos mostrar la a veces olvidada elegancia de las invitadas que a mi tanto me gusta. Una de las claves para mi no es sólo la elección de los complementos sino también, los colores que elijas y como las combines. Además, del peinado y maquillaje que elijas porque puede transformar totalmente un look de invitadas. En este caso contamos con María Ávalos que diseñó un look muy bonito perfecto para una boda de día.
Apuesta por el monocolor para no fallar
Me encanta la opción de ir vestida con un mismo tono, como este color guinda del vestido y pamela de Mimoki. Mi madre siempre dice que es más fácil acertar vistiendo del mismo color, es una apuesta menos arriesgada pero que funciona. El toque viene de los zapatos o complementos como el bolso o pendientes.
Los complementos : el dorado es la clave
A mi me gusta apostar por básicos como los bolsos dorados, este año en Acus complementos tienen millones de opciones. Los pendientes también son indispensables para acertar. Yo siempre recomiendo comprarse unos «fondo de armario» a los que puedas sacar chispas. Estos también, son de Acus.
El éxito de los vestidos rojos en las bodas
El rojo y el verde suelen ser los colores preferidos de las invitadas más estilosas ( esto es una estadística made by Tatín, of course) y yo tengo varios vestidos de estos tonos en mi armario de fiesta. Estuve a punto de comprarme este vestidazo de Mimoki pero terminé con otro muy parecido que no me hubiera atrevido a comprarme pero mi amiga Cris que me acompañó a mi Mimoki me convenció para probármelo. Conclusión tienes que tener un vestido rojo, guinda o fuego.
La falda y el top como aliado de las invitadas más prácticas
Hubo hace años un boom de los pantalones y blusas para las invitadas, luego de los monos, y los vestidos bicolor. Las faldas y los tops siempre han estado presentes pero sin tanto protagonismo. Y vuelven con más fuerza que nunca.
A mi personalmente es una opción que me encanta porque te permite crear nuevas combinaciones y además, utilizar las piezas por separado para looks para informales. En este caso elegimos un total look de Anaika que me chifla, de hecho, Piluca me regaló el top gris y me encanta.
Sí rotundo a los pendientes largos
A veces, me decís que os gustan verlos pero no os atrevéis a ponéroslos y creo que son más que favorecedores. Estos de la nueva colección de Mimoki me parecen mega-estilosos.
Los colores neutros son un acierto
Cuándo no te ves de colores potentes es mejor no lanzarse al estrellato justo en una boda. Por eso, me gustan las propuestas de colores neutros para las que sois más «conservadoras» en el tema de los colores para las bodas. Creo que las nuevas generaciones son más de tonos con fuerza mientras que hay otro grupo de invitadas que se ven raras de naranja o verde pistacho.
Ficha al equipo que dió vida a esta sesión de fotos
Lisola Fotografía
María Ávalos maquillaje y peluquería
Alina modelo
Vestido color guinda Mimoki
Top gris y falda estampada Anaika
Pendientes Redondos Acus complementos
Pendientes largos Mimoki
Bolso Acus complementos
Tocado y pamela Mimoki
Localización Abadía de Párraces
La entrada Invitadas boda día: pamelas y tocados se publicó primero en Las bodas de Tatín.
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