The White Day : Tim & Sanny, y su Wedding Fest

Marieta - QUBP

Cuando me escriben seguidoras que leen el blog y éste les ha servido de inspiración para organizar y decorar su boda me llena de satisfacción. Cada una de vuestras bodas me las miro con mucho amor pero me hace especial ilusión pensar que durante el proceso de los preparativos hemos estado ‘juntas’ disfrutando de cada detalle. Cuando me escribió Sanny y me contó su historia de amor con Tim me enamoró por completo y quería compartirla con todas vosotras. Hoy en el blog: Tim & Sanny, y su Wedding Fest. ¡No te lo pierdas!

Sandra estudió Diseño de Moda en Madrid y decidió especializarse en el gran mundo del diseño nupcial. Para ello en septiembre de 2017 se mudó a Londres para realizar unos cursos de Diseño especializados en vestidos de novia en la Universidad Central st Martins y allí sus caminos se cruzaron. Un viejo amigo de Sanny le escribió para verse, contrató un tour para visitar diferentes bares en Londres y en el primer bar que entramos conoció al hombre de su vida. En cuanto lo vio algo dentro de Sanny no pudo resistir las ganas de ir a hablar con él. Así que se acercó y hablaron. Tim estaba allí de vacaciones, ya que él vivía en Chicago. Estuvieron hablando y riendo hasta que unas chicas alemanas se interesaron por Tim… pero él ya había sentido algo dentro y quedó prendado de Sanny.

Tras 4 días juntos, Tim tenía que coger su avión hacia América pero ninguno tuvo el valor de despedirse y con un simple ¡Hasta pronto! sellaron su amor y su tristeza por separarse. Los siguientes meses fueron duros, un amor en la distancia no es cosa sencilla y os lo digo por experiencia. Así que Skype se convirtió en su nuevo mejor amigo. Hasta que un día de repente Tim le sorprendió con una visita a Londres de 3 días, Sanny no podía creérselo pensaba que estas historias solo pasaban en las películas. El 14 de mayo Tim llegó a Londres, fueron a cenar a un restaurante donde las vistas de Londres son espectaculares y… sacó un poema del bolsillo donde le preguntaba si quería ser su novia. Ella aceptó y al día siguiente en Candem Town le compró un anillo con su nombre y le dijo: ‘Te doy mi nombre, hasta que pueda darte mi apellido’. Y meses más tarde, en Chicago le pidió matrimonio.

Las relaciones en la distancia no son sencillas. Estar separados es complicado y a veces hay situaciones difíciles de sobrellevar. Su diferencia horaria, los impedimentos legales, estar separados… pero todo ha merecido la pena para que por fin el pasado 10 de agosto se dieran el ¡Sí Quiero!

La boda se celebró en España, una boda íntima con unos 70 invitados que viajaron de diferentes puntos del planeta para poder vivir y celebrar su comienzo juntos. Tanto Tim como Sanny son grandes aficionados a los festivales así que el equipo de Quilicua Catering & Deco montó una Wedding Fest en toda regla, eso sí sin olvidarse de su amor en la distancia haciendo un guiño a sus innumerables viajes para verse.

Como si de un festival se tratara los invitados al llegar a la celebración podían coger su propia pulsera que estaba personalizada con los nombres y la fecha de los novios. La decoración para el banquete fue exquisita y muy pensada. La decoración floral fueron guirnaldas de lentisco con olivo y florecitas de limonio junto con velas. Los manteles fueron de vichy blanco y negro porque le propuso matrimonio estando de picnic en Chicago.

Sanny siempre pensó que una firma nupcial que iba con su personalidad era la marca de Otaduy. Fresca, nada convencional y muy cañera. La casualidad vino cuando pudo escoger hacer las prácticas en Madrid para finalizar sus estudios de moda y las seleccionó a ellas. Un diseño de dos piezas fue el primer vestido escogido para el gran día: la falda Kahlo & el top Tramontane se unieron a la perfección. También una cazadora de cuero con flecos traseros de Otaduy fue confeccionada para ella aunque cambió el color del grabado I DO. Para complementar el look escogió una preciosa corona, la cuál tenía tres formas de colocarse: como princesa, como casco de guerrera o como una corona hippie, cualquiera de las 3 era un acierto absoluto.

Su segundo vestido fue diseñado y confeccionado por ella misma. Sin duda, un vestido muy especial, ya que era una réplica con alguna transformación, del primer vestido de novia que diseñó y confeccionó para su colección de final de curso. Un escote Bardott dejando al descubierto las clavícula y los hombros, junto con una falda de corte asimétrico hacía un lado, un cuerpo de tul con flores bordadas a mano y manga larga, con una impresionante abertura circular en la espalda.