The White Day : Kim & Ryan, Love is in the air

Marieta - QUBP

Como siempre os digo, nunca hay dos parejas igual. Cada miembro de dos es diferente entre sí y cada uno tiene su esencia, sus gustos, sus cualidades, su personalidad y gracias a todo ello no puede haber dos bodas iguales. Por mucho que nos empeñemos en querer copiar una decoración vista en Pinterest o en un blog nupcial, cada pareja de novios es distinta a la anterior y de este modo jamás podrá haber una boda igual a otra. Con esta percepción que tengo yo de las bodas, no es que haya descubierto América, pero con ello quiero que seáis críticos y que intentéis ver cuáles son los puntos que os unen y a partir de ahí tirad del hilo y conseguiréis una boda tan especial, arriesgada, única y loca como la de Kim & Ryan, Love is in the air. ¿Me acompañas a 400 pies sobre el suelo? ¡Vamos!

Literal. Como lo lees. Kim & Ryan se casaron en las alturas. Love is in the air. Se casaron a 400 pies sobre el Cañón de Utah. Su pasión por las acrobacias, trapecios y demás deportes en las alturas los unió en Utah y decidieron que debían casarse de la manera tan original como se habían conocido tiempo atrás. Así que dispusieron de un largo fin de semana de tres días para poder tener el tiempo a su favor, hacer pruebas antes y finalmente, con el vestuario nupcial (ella lució un increíble vestido de novia de Galia Lahav), darse el ¡Sí Quiero! bajo un maravilloso desierto que quitaba el sueño a los miedosos a las alturas.

Una enorme y colorida red suspendida en el aire hizo las veces de altar. Tres de sus amigos, vinculados al mundo circense, se colgaron en redes de seda y realizaban acrobacias en el espacio aéreo mientras se celebraba la ceremonia. Otros amigos se animaron con ejercicios de acro-yoga a los bordes del acantilado. Otro amigo pintaba la boda en medio del desierto. No faltó el sonido de la flauta y las burbujas gigantes. Incluso, algunos de los invitados volaron en parapente y otros saltaron al vació ataviados con tutús soltando en su salto más de 5.000 pétalos de pétalos.

Sin, duda una boda para el recuerdo, no solo de los novios, si no de todos los familiares y amigos, los cuáles quedaron gratamente sorprendidos con la enorme organización y el gran despliegue de medios e infrastructuras para que la boda de Kim & Ryan pudiera celebrarse tal y como ellos siempre habían soñado. Incluso, si os fijáis veréis que diseñaron un seating plan transparente como os contaba hace unos días en el blog, con una de las nuevas tendencias para este año 2019. ¡No te pierdas ni un detalle porque te va a enamorar!